01 Dic NADA ES POR CASUALIDAD
Mi nombre es Beatriz Serrano Garrido.Tengo 62 años, pero a los 37 tuve la necesidad de hacer algo por mí misma.
Llevo 40 años ejerciendo de maestra en un colegio de Educación Primaria. A lo largo de todos estos años, no sabría decir quién aprendía más si los niños o yo. Es a ellos a quien debo a día de hoy, todo lo que
profesionalmente soy. Una de las cosas que ellos me enseñaron es, que muchos de los problemas de aprendizaje, sobretodo aquellos en los que la atención era el denominador común, tenían su origen en un “desajuste” emocional. Aquello me sirvió como punto de partida para investigar y comprobar si realmente era así. Y así fue. Comprobé estadísticamente que un porcentaje muy alto de niños que tenían problemas de autoestima, autocontrol o habilidades sociales, les resultaba más difícil que a los demás concentrarse para resolver problemas de matemáticas o memorizar datos.
Fue entonces en el año 2004 cuando di nombre a mi proyecto aulaiemocional para ponerme al servicio de aquellas personas cuyo estado emocional les impide vivir la vida que desean. No lo hice por dinero, lo hice por necesidad emocional.
A día de hoy sigo siendo maestra, pero ahora me dedico a enseñar en un “pupitre” cómo escribir el diseño vital de cada uno, con el mismo cariño y la misma pasión con la que, años atrás, lo hacía enseñando a sumar y a restar.
Aprendí que cualquier proyecto tiene que nacer del amor. Del deseo de mejorar nuestro entorno más próximo, eso luego toma altura y se extiende, porque el amor no tiene límites, pero en principio hay que confiar y tener fe en una misma. En que somos capaces si creemos en lo que hacemos y en las posibilidades que hay a mi alcance, porque si son pocas, ya me encargaré yo de transformarlas, puesto que es en mí en quien creo. Un proyecto profesional debe ir sostenido por un proyecto de vida. Todo está relacionado.Cuando algo crece, es en ocasiones, en detrimento de “otro algo”. Todo proyecto debe estar presidido por el amor y la valentía. El miedo es el agente limitador por excelencia.