CRÓNICA DE UNA SANITARIA EN TIEMPOS DE PANDEMIA

Hola amiga, mi nombre es Susana, y soy médico especialista en Angiología, Cirugía Vascular y Endovascular en Madrid. Mi amiga Esther me pidió que te escribiera una nota sobre mi experiencia durante la pandemia y voy a tratar de resumírtela.

Realmente las vivencias y aprendizajes han sido muchos, me centraré en lo positivo, en lo que ha sumado. Destacaría dos sensaciones: lo gratificante que es sentirte útil y nuestra gran capacidad de aprendizaje y adaptación.

Los primeros días y a velocidad de vértigo, el hospital se llenó de pacientes con una enfermedad desconocida y sin los medios de protección adecuados.

En cuestión de días todo cambió, se suspendieron todos los quirófanos programados excepto los tumorales. Con los respiradores que se usan habitualmente para quirófanos se improvisaron “camas de UCI”. Hasta la cafetería y el gimnasio se llenaron de camas….

Al ser una enfermedad que principalmente afectaba a pulmones, solo unos pocos “sabían” manejar, entrecomillo sabían porque era una enfermedad nueva, de la que un día se publicaba una recomendación y al día siguiente otra, todas con una base científica baja.

Esos primerísimos días, los internistas, intensivistas y anestesistas no daban abasto y mi sensación era de ser un cero a la izquierda. En seguida a todos los especialistas se nos reubicó. En mi caso me convertí en apoyo a la urgencia, una auténtica locura, todos los boxes y pasillos llenos de enfermos e incluso los pasillos adyacentes a la zona. Realmente parecía la guerra. Básicamente mi trabajo consistió en ayudar y seguir instrucciones de los médicos de urgencias. Con cierto sabor amargo por no poder ser más independiente, pero con la satisfacción de que mi trabajo de ayudante era necesario. Creo que hay pocas cosas más gratificantes y sanas que sentirnos útiles.

Conforme el aislamiento domiciliario surtía efecto y dejaban de llegar en masa pacientes en la urgencia, dejamos de ser necesarios allí. De forma voluntaria me trasladé a hospitalización de enfermos Covid. Mi equipo, liderado por un solo internista, se componía de radiólogos, anatomo-patologos, especialistas en alergia, oncólogos…tratando a pacientes con neumonía bilateral!!. De esos días destaco mi sorpresa al ser consciente, de que lo que aprendes una vez (hace 26 años que terminé la carrera), esta ahí arrinconado, pero no se pierde; de la capacidad que tenemos de reciclarnos en temas que están alejados de nuestro día a día desde hace años; de lo importante que es el trabajo en equipo siempre y más aún en situaciones excepcionales en la que todos nos sentimos vulnerables y de la “agradable” sensación que siempre produce seguir aprendiendo.

Múltiples frases celebres insisten que en la adversidad las posibilidades de crecer son mayores. No cabe duda, que esta pandemia es la mayor desgracia que nos ha tocado vivir y no cabe duda que cambiará nuestro estilo de la vida; a nivel laboral, social…

Pero el ser humano es el que más capacidad de adaptación tiene y lo estábamos demostrando una vez más.

Deseando que estas reflexiones te sean de utilidad me despido hasta la próxima.

Besos Susana