¡AMPLIAMOS LA FAMILIA!

Comparto con todos vosotr@s lo mejor que me ha pasado en mucho tiempo: hace ahora un año y medio acogimos a Javi (hoy 10 años) y a Nerea (hoy 7 años) quienes pasaron a ser nuestros hijos acogidos.

Son niños que están bajo la tutela de la Comunidad de Madrid porque ni sus padres ni familiares cercanos pueden hacerse cargo de ellos. Durante casi 3 años han estado con una madre de acogida soltera, quien los ha criado y atendido maravillosamente, pero al no mejorar la situación de sus padres tenían que pasar a una familia de acogida indefinida.

Y os preguntaréis: ¿cómo con 4 hijos, y con los 50 bien cumplidos, nos metemos en este lío? Pues fuimos entrando poco a poco… Empezamos viendo un video sobre familias de acogida, que nos metió en el corazón el deseo de abrir nuestra casa para compartir nuestra familia con niños que no han conocido lo que es el cariño y seguridad que supone vivir en familia.

Y así fue como nos apuntamos para ser familia de acogida temporal.

En esas estábamos mientras la Comunidad de Madrid estudiaba nuestra candidatura, cuando en la Asociación de Familias para la Acogida saltó una necesidad urgente de unos hermanos, Javi de 9 años y Nerea de 6; … dos niños en vez de uno… dijimos bueno, ok; …pero en acogida permanente, ¡glups!

Pero fuimos sabiendo cosas de ellos, cogiéndoles cariño sin conocerles, y meditándolo internamente y finalmente en mayo presentamos nuestra candidatura para acogerles.

Y tras cuatro largos meses de valoración, conseguimos ampliar la familia con dos hermosos niños, madrileños, sanos, juguetones, Javi del Atleti, Nerea de lo que se le ponga por delante…

Estamos muy contentos de tenerles en casa, de darles nuestro cariño, compartir nuestras cosas con ellos, nuestro tiempo. Ellos van también transformando nuestra familia para llenarla de más amor y generosidad. Y todo esto está siendo muy enriquecedor para nuestros hijos que comparten el tiempo de sus padres, sus habitaciones, sus armarios, con niños que son iguales que ellos, con la única diferencia de que no tuvieron la suerte de nacer en una familia estable.

Todo esto no quiere decir que sea fácil. La adaptación es complicada, sientes como una invasión de tu intimidad y una revolución en las rutinas de tu familia que no estabas acostumbrada. Muchas veces me digo a mi misma:” si fuese fácil lo haría cualquiera, y esto es una vocación a la que no todo el mundo está llamado”. Se trata de ver que hay un progreso y de eso doy fe que lo hay. Así que sólo puedo decir que tengo mucho que celebrar y por lo que dar gracias .